Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Macabeos 4, 7-42

7 mientras veían el campamento de los gentiles fuerte, bien
atrincherado, rodeado de la caballería y todos diestros en la guerra.

8 Judas entonces dijo a los que con él iban: «No temáis a esa
muchedumbre ni su pujanza os acobarde.

9 Recordad cómo se salvaron nuestros padres en el mar Rojo, cuando
Faraón les perseguía con su ejército.

10 Clamemos ahora al Cielo, a ver si nos tiene piedad, recuerda la
alianza de nuestros padres y quebranta hoy este ejército ante nosotros.

11 Entonces reconocerán todas las naciones que hay quien rescata y
salva a Israel.»

12 Los extranjeros alzaron los ojos y, viendo a los judíos que venían
contra ellos,

13 salieron del campamento a presentar batalla. Los soldados de
Judas hicieron sonar la trompeta

14 y entraron en combate. Salieron derrotados los gentiles y huyeron
hacia la llanura.

15 Los rezagados cayeron todos a filo de espada. Los persiguieron
hasta Gázara y hasta las llanuras de Idumea, Azoto y Yamnia. Cayeron de
ellos al pie de 3.000 hombres.

16 Judas, al volver con su ejército de la persecución,

17 dijo a su gente: «Contened vuestros deseos de botín, que otra
batalla nos amenaza;

18 Gorgias y su ejército se encuentran cerca de nosotros en la
montaña. Haced frente ahora a nuestros enemigos y combatid con ellos;
después podréis con tranquilidad haceros con el botín.»

19 Apenas había acabado Judas de hablar, cuando se dejó ver un
destacamento que asomaba por la montaña.

20 Advirtieron éstos que los suyos habían huido y que el campamento
había sido incendiado, como se lo daba a entender el humo que divisaban.


21 Viéndolo se llenaron de pavor y al ver por otro lado en la llanura
el ejército de Judas dispuesto para el combate,

22 huyeron todos al país de los filisteos.

23 Judas se volvió entonces al campamento para saquearlo.
Recogieron mucho oro y plata, telas teñidas en púrpura marina, y muchas
otras riquezas.

24 De regreso cantaban y bendecían al Cielo: "Porque es bueno,
porque es eterno su amor."

25 Hubo aquel día gran liberación en Israel.

26 Los extranjeros que habían podido escapar se fueron donde Lisias
y le comunicaron todo lo que había pasado.

27 Al oírles quedó consternado y abatido porque a Israel no le había
sucedido lo que él quería ni las cosas habían salido como el rey se lo tenía
ordenado.

28 Al año siguiente, reunió Lisias 60.000 hombres escogidos y 5.000
jinetes para combatir contra ellos.

29 Llegaron a Idumea y acamparon en Bet Sur. Judas fue a su
encuentro con 10.000 hombres

30 y cuando vio aquel poderoso ejército, oró diciendo: «Bendito seas,
Salvador de Israel, que quebraste el ímpetu del poderoso guerrero por mano
de tu siervo David y entregaste el ejército de los filisteos en
manos de
Jonatán, hijo de Saúl, y de su escudero.

31 Pon de la misma manera este ejército en manos de tu pueblo Israel
y queden corridos de sus fuerzas y de su caballería.

32 Infúndeles miedo, rompe la confianza que en su fuerza ponen y
queden abatidos con su derrota.

33 Hazles sucumbir bajo la espada de los que te aman, y entonen
himnos en tu alabanza todos los que conocen tu nombre.»

34 Vinieron a las manos y cayeron en el combate unos 5.000 hombres
del ejército de Lisias.

35 Al ver Lisias la derrota sufrida por su ejército y la intrepidez de los
soldados de Judas, y cómo estaban resueltos a vivir o morir valerosamente,
partió para Antioquía, donde reclutó mercenarios con ánimo de presentarse
de nuevo en Judea con fuerzas más numerosas.

36 Judas y sus hermanos dijeron: «Nuestros enemigos están vencidos;
subamos, pues, a purificar el Lugar Santo y a celebrar su dedicación.»

37 Se reunió todo el ejército y subieron al monte Sión.

38 Cuando vieron el santuario desolado, el altar profanado, las
puertas quemadas, arbustos nacidos en los atrios como en un bosque o en
un monte cualquiera, y las salas destruidas,

39 rasgaron sus vestidos, dieron muestras de gran dolor y pusieron
ceniza sobre sus cabezas.


40 Cayeron luego rostro en tierra y a una señal dada por las
trompetas, alzaron sus clamores al Cielo.

41 Judas dio orden a sus hombres de combatir a los de la Ciudadela
hasta terminar la purificación del Lugar Santo.

42 Luego eligió sacerdotes irreprochables, celosos de la Ley,